Para esta semana el Docente Alexander Laguado sorprendió a los chicos de séptimo con su Plan Lector de Matemática : El solitario -1. que cuenta la historia de un número negativo muy solitario, pero mejor léanlo y llévalo al aula de clase.
PLAN LECTOR DE MATEMÁTICAS : GRADO
SÉPTIMO
EL NEGATIVO – 1
Érase
una vez un número negativo, – 1 era un número negativo muy solitario.
Trabajaba en una gran empresa, Pizarra S.A., dedicada al estudio de problemas
algebraicos complejos. Cada día marchaba de casa al trabajo, y cada
noche volvía del trabajo a casa, en una serie de pasos conocidos y monótonos. Un día, en una conferencia sobre cuaterniones,
conoció a una 7. Era ella un
número entero de bella figura, palo esbelto, sombrero elegante, y le atrajo
mucho. Aprovechando su disposición
natural a conjugar con dicho número, pues ambos eran primos, si se juntaban, o
al menos eso creía él, se le acercó tímidamente, pero con decisión. «¿Sumamos?»,
le preguntó galante –1 a aquella preciosidad de número.
Ella accedió risueña, sin embargo,
mientras sumaban en una pequeña pizarra, -1 comprobó que aquello no
resultaría. 7 lo anulaba como número, pues la suma de ambos era
excesivamente positiva, y más de 2 son compañía. Unos nanosegundos más tarde, -1 conoció a un
–6.22, él era un número educado y distinguido, por la compañía de sus 2
mayordomos asumió alguna clase de afiliación a los números reales. – 6 despidió a sus dos comparsas e invitó a
visitar su pantalla de plasma a –1. Aquel lugar estaba repleto de exquisitas
demostraciones y suntuosas fórmulas. «¿Sumamos?», preguntó en aquella ocasión
el – 6, mostrándose descaradamente natural.
–1 accedió gustoso, pero descubrió
contrariado el posible final de tanta suma negativa, un desastroso –7.
Aquello lo aturrulló por completo, ya que el resultado le recordó a su
desastrosa sumatoria anterior. «Pues de multiplicar, ¿¡ni hablamos!?», se
despidió estúpidamente –6 mientras –1 partía raudo a su casa, –1
quería una sumatoria satisfactoria, desde pequeño había soñado con ella. Y recordaba alegre, como Papá 1 y Mamá –2
le habían cobijado con ternura y amor.
Admiraba
a Papá, pues él, aun uniéndose en una sumatoria negativa había superado todas
las demostraciones para poder sumar en paz. Así, él estaba decidido a aprender de su Papá
y a aceptar aquel hecho, pues algo de positividad debería haber adquirido de su
progenitor. Y apareció un día, sin demostraciones ni fórmulas previas, otro -1
en su vida, un símbolo de idéntica abstracción. Se observaron detenidamente la base. «¿Sumamos?»,
preguntó nuestro –1 a su homónimo. «¡Mejor multiplicamos», respondió el homónimo,
«que sumar se me da mal!». Y según
postula el refranero matemático: «No hay negativo, que negativo no quite». Y
efectivamente, multiplicar les fue mucho mejor, de la multiplicación salió una
bella demostración que culminó en un pequeño 1 positivo. Esto es verdad y no miento, y como me lo
contaron os lo cuento.
http://www.untranquilolugardeaquiescencia.com/2016/04/numeros-negativos.html
Descarga nuestro Plan Lector de Matemáticas, solo tienes que hacer clic en la siguiente imagen y aplicarlo en el aula de clase. Incluye 10 preguntas.
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2 Comentarios
Ortografía:
ResponderEliminarFalta una tilde en "fórmula" y sobra en "solo".
Muchas gracias, por la observación - Un abrazo.
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