YO SOY IPS

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EL PAÍS DE LOS NÚMEROS REALES

EL PAÍS DE LOS NÚMEROS REALES 
En mis años de reportera de guerra he vivido muchos momentos excitantes, pero sin duda uno de los más emocionantes fue mi visita al país de los números reales. Parece que ha pasado un siglo desde que estuve ahí sin embargo recuerdo a la perfección cada instante, cada momento de esa inolvidable experiencia. 

El país estaba en guerra, una guerra que dura y perdurará hasta la eternidad. Las dos grandes familias de los números reales siempre enfrentadas mantenían una cruenta lucha por conseguir el poder y el control de la nación. Como ya os podréis imaginar se trata, de los números racionales e irracionales.

Cuando pisé por primera vez las tierras reales, me encontré con un país dividido en dos frentes opuestos. Decidida a conseguir el reportaje de mi vida sobre el conflicto me encaminé hacia la zona de ocupación racional. Los racionales eran, sin duda, un pueblo muy bien jerarquizado y organizado; al mando de las tropas, un único general, el 0, un numerito rechoncho y de apariencia insignificante que controlaba a la perfección a los racionales y que con sus estrategias conseguía anular cualquier avance irracional. Lo cierto es que nada de esto podría ser posible sin esa organización: La base de todos eran los números enteros, ellos se encargaban de la administración y suministros del bando racional. Los enteros eran dos castas, los naturales (descendientes de los primeros pobladores de las tierras reales) y los negativos (colonizadores que fueron alcanzando cada vez mayor relevancia en el país). El ejército estaba constituido por los números fraccionarios, decimales exactos (ejército de tierra), periódicos puros (ejército de aire) y periódicos mixtos (ejército de mar). Mientras que los decimales exactos se caracterizaban por su ataque rápido y efectivo; los decimales periódicos tanto mixtos como puros conseguían desgastar a su enemigo con tácticas tan repetitivas que parecían infinitas. 

Me fue imposible conseguir una entrevista personal con el general 0, y tuve que conformarme con sacarle alguna información a algún mandamás fraccionario.  Me dirigí, entonces, un poco desilusionada, a la zona irracional. El bando irracional era todo lo contrario a su enemigo, ya que no existían clases. Todos los irracionales obedecían sin rechistar las órdenes de los cinco grandes jerarcas. Conocidos más allá del mundo complejo, estos irracionales eran famosos por su sabiduría y también por sus peleas que podían durar meses. Y había perdido una oportunidad, por lo que no estaba dispuesta a desaprovechar otra nuevamente, sino que mi reportaje sería un fracaso. Tuve que sobornar a un consejero irracional, quien me consiguió unos pocos minutos con los cinco grandes. Después de recorrer interminables pasillos llegué a la gran sala, donde me esperaban con su arrogancia y superioridad habituales, la verdad es que estaba un poco nerviosa. Os preguntaréis quiénes eran los cinco jefes irracionales: El número áureo , el número (pi), el número e, √2 y √3. El primero al que saludé fue al número de oro, resplandeciente y altivo, para muchos era la perfección elevada al máximo exponente. Su fama había llegado a los lugares más remotos y era adorado y aclamado por sus inmensas cualidades. El número (pi), era el divertido del grupo, su sentido del humor y buen carácter le granjearon las simpatías del pueblo irracional. Serio y extremadamente inteligente era el número e, ninguna de mis preguntas consiguió descolocarle y así comprendí que él era el cerebro del grupo. Los otros dos, √2 y √3, eran guerreros que no procedían de ningún linaje sino del común de los irracionales y que habían alcanzado grandes méritos en campañas militares, así que eran los encargados de poner en práctica y planear las distintas estrategias. 


La entrevista acabó enseguida, y los dejé ahí en su gran salón, discutiendo sobre quién era el responsable de la última derrota. Tuve que abandonar el país antes de tiempo por la inestabilidad del conflicto, y aunque no pude profundizar todo lo que hubiese deseado, mi trabajo fue reconocido ya que no son muchos los que han conseguido llegar hasta tan lejos. Mis últimas noticias son que el conflicto continúa, sin embargo, los dos bandos están acercando sus posiciones en la defensa de su país, ante la más que posible invasión del país vecino, el de los números imaginarios. Seguiremos informando… Ana Valle Martín. 

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